¿Cómo entendemos el teatro?
Desde la experimentación de la antropología teatral, pretendemos generar sinergias entre el teatro, y las humanidades y las ciencias. A través de la investigación de la semióticacorporal, nuestra misión es desarrollar nuevas herramientas de comunicación relacionales en escena, y establecervínculos internacionales para profundizar en la cultura teatral.
¿Por qué teatro y humanidades?
Nuestra manera de pensar y comprender el teatro.
Este proyecto nace de la necesidad de entender qué es el teatro. Cómo surgió. Por qué seguimos usándolo en la actualidad. Siempre nos han enseñado que las artes escénicas pueden funcionar como la lupa de la vida. Permiten entender los rincones heterogéneos de nuestra comunidad.
Por eso, se nos hace harto extraño que el teatro esté formado únicamente por actores, como elementos artísticos. Creemos que el teatro tiene que incorporar los avances que se realizan en los campos de la filosofía, la antropología, la biología, la psicología, la economía, la neurociencia, la ciencia política o la filología, así como otras disciplinas artísticas como la expresión corporal, los cantos, o la plástica; en definitiva cualquier experiencia estética.
Se desea construir un teatro diferente, con matices posdramáticos, es decir, un teatro que descarte el drama literario y se centre en actos teatrales que persiguen la presencia, no la representación. Un teatro que retroceda unos cuántos miles de años y recupere los ritos del conocimiento. Estos ritos anhelaban una “metafísica de la presencia”, una verdad más allá de la que el objeto nos remite.
Entendemos el teatro como eje de conocimiento y como columna vertebral de la sociedad. No un teatro, que es el imperante hoy en día, que basa todo su valor en la estética y el entretenimiento. Se busca un teatro que sea imprescindible, que sea útil a las personas, no que sea elitista y reclame su asistencia a amantes del mismo o a hedonistas.
¿Qué nos diferencia?
La diferencia principal es que la mayoría de teóricos teatrales, ha investigado la técnica teatral casi siempre encaminada a una práctica escénica y no a una práctica social. La técnica sólo para el actor, no la técnica para el ser humano. El teatro tiene la capacidad de analizar la vida. Todo aprendizaje que sea llevado a cabo por el actor tiene que ser aplicable a cualquier persona independientemente de si ésta lo utiliza en escena o en su mundo de costumbres.
Para el acto teatral sea significativo no puede quedarse únicamente en una catarsis emocional. Tiene que investigar todos los campos que le rodean. En torno al ser humano que lo modela, para así poder comprendernos mejor y poder comunicarnos con menor desconocimiento sobre los otros.
Pretendemos comprender las diferentes culturas; cómo es su idiosincrasia, cómo se estructuran, por qué actúan como lo hacen, qué nos diferencia… y poner en práctica las conclusiones después de un trabajo de campo con el fin de cambiar el concepto de teatro. Un teatro que no sea irrelevante.
Hay algunos antecedentes dentro de este trabajo como el de Antonin Artaud, Etienne Decroux, Jerzy Grotowsky o Eugenio Barba. Pero (casi) los cuatro aplicaron sus investigaciones sólo en el mundo del escenario. Nosotros queremos romper con esto. Queremos realizar una síntesis de los campos científicos y desarrollarlos dentro de un campo de humanidades.